H.
Puebla de Zaragoza a 9 de enero del 2017
A
los medios de comunicación nacionales e internacionales
A
los organismos defensores de derechos humanos
A
las organizaciones populares independientes
Al pueblo mexicano
La ola de
protestas a nivel nacional, por el arbitrario incremento a los precios de los
hidrocarburos, se ha manifestado en acciones genuinas de protesta del pueblo
tales como: marchas, tomas de caseta, clausura de instalaciones de PEMEX,
recuperación de mercancías e hidrocarburos de empresas trasnacionales y
nacionales de capital privado, ocupación de recintos gubernamentales.
Sin embargo, en
el Estado de México y Puebla, existe la particularidad de que se impulsan desde
las estructuras del Estado acciones de saqueo en centros comerciales y franquicias,
disfrazadas de protesta, por medio de la participación de elementos policiacos
uniformados y de civil, integrantes de organizaciones corporativas de probada
filiación priista y la incorporación del lumpen para efectuar dichas acciones.
Una parte del
pueblo descontento y despolitizado vio la posibilidad de recuperar una ínfima
parte de la plusvalía, producto de la explotación de su fuerza de trabajo a
manos del capitalista, consiguiendo artículos que difícilmente podrían adquirir
con su mísero salario.
Desde los
medios de comunicación, una vez más, la oligarquía exige la aplicación del
estado de derecho que se traduce en la pretensión de ejecutar el estado de
excepción que consiste en el control total de la población a manos del aparato
policiaco-militar, suprimiendo garantías individuales. En ese sentido, el
Estado, por diferentes medios, difunde rumores de ataques al pueblo por parte
de “los saqueadores”, de esta forma se genera el caldo de cultivo perfecto para
un enfrentamiento fratricida que busca en un primer momento soslayar su
responsabilidad y después justificar su represiva intervención.
Acciones
criminales que van a la par de la invención de un nuevo, omnipresente y
omnipotente, enemigo interno, léase los “vándalos” y/o “saqueadores”, creando
las condiciones que naturalicen, en el seno de las masas, las medidas pro
fascistas del Estado policiaco-militar. Dichas medidas se caracterizan por ser
inhumanas, y aun sin haber llegado al Estado de excepción, han traído nefastas
consecuencias para el pueblo en lo general, y en lo particular se dirigen de
manera especializada para los luchadores sociales, activistas y
revolucionarios.
Es loable que
el pueblo organizado y no organizado en una actitud digna y combativa
nuevamente salga a las calles a pesar de que desde el Estado se ha impulsado
una campaña represiva y de terror, realizando detenciones arbitrarias,
ejecuciones extrajudiciales y el intento por desvirtuar y deslegitimar las
genuinas protestas populares; la respuesta del pueblo muestra que existe un
aprendizaje por parte de las masas, de las aportaciones teóricas y prácticas
que las organizaciones populares independientes han hecho; en conjunto,
representa un avance cualitativo en la lucha de clases en nuestro país.
Frente a la
arremetida del Estado en contra de los sectores populares, es necesaria la
coordinación y alianza de todos los asalariados, oprimidos, desposeídos no sólo
contra las arbitrarias medidas económicas sino por las demandas generales
populares como es libertad de todos los presos políticos, la presentación con
vida de todos los detenidos desaparecidos por motivos políticos y sociales;
alto a los crímenes de lesa humanidad; alto a la militarización y a la
paramilitarización; por la revocación de las leyes neoliberales.
FRATERNAL
Y COMBATIVAMENTE
¡POR
LA UNIDAD OBRERO, CAMPESINO Y POPULAR!
FRENTE
NACIONAL DE LUCHA POR EL SOCIALISMO
FNLS
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